El monitor, de casi 20 metros de largo, contiene 16 veces tantos píxeles como un televisor de resolución 4K (los que cuadruplican a la alta definición o HD) y multiplica por 64 la alta definición 1080p de un televisor «normal». El resultado es una resolución de 132 millones de píxeles. Eso significa que es capaz de mostrar imágenes con mucho más detalle de lo que estamos acostumbrados.
Sony, la empresa responsable de la creación de esta colosal pantalla -la mayor de resolución 16K que existe en el mercado- acaba de anunciar el invento en un evento de la Asociación Nacional de Radiodifusores (NAB, por sus siglas en inglés), que se celebra en Las Vegas, Estados Unidos.
La nueva pantalla gigante de Sony es la primera de su tipo. Sin embargo, esta no es la primera vez que trata de conseguir construir un monitor enorme de una resolución casi imposible.
Sony inventó algo parecido en 2014, cuando diseñó un sistema en 16K que para el aeropuerto de Haneda, en Tokio. La diferencia es que aquella vez el resultado parecía más bien una imagen formada por docenas de pantallas pequeñas, en lugar de una única imagen completa, como lo que ha logrado ahora.
La nueva pantalla de 16K tiene algo similar: también fue creada con varios paneles modulares, pero como no tiene biseles (bordes) se pueden colocar juntos, dando la impresión de ser una sola pantalla.
Sin embargo, la tecnología que fue clave para el desarrollo de estos monitores es un sistema llamado «Crystal LED», que en realidad es el nombre comercial de Sony para las pantallas MicroLED. La compañía lleva desde 2012 desarrollado esta tecnología.
El sistema consiste en conjuntos de LED microscópicos que forman los elementos que dan lugar a los píxeles de las pantallas y que ofrecen un mejor contraste y eficiencia energética que las pantallas LCD (de cristal líquido) o las plasma.
En otras palabras: son píxeles ultrafinos que se colocan en pequeños segmentos de la pantalla, y cada uno de ellos se ilumina de forma independiente.