El régimen de Kim Jong-un lanzó ayer un misil balístico intercontinental (ICBM) bautizado Hwasong-15 que es capaz de alcanzar «todo el territorio de Estados Unidos» desde Sain Ni, en la parte oriental del país, que recorrió una distancia de cerca de mil kilómetros en dirección hacia el este hasta impactar en el Mar de Japón, en un lugar que Japón considera como parte de su Zona de Exclusión Económica.
Hasta este martes, habían pasado 74 días desde el último ensayo balístico de Corea del Norte, el periodo más largo en lo que va de año sin un test de este tipo, lo que abrió las especulaciones de que Pyongyang pudiera rebajar las tensiones con Estados Unidos, Corea del Sur y Japón y buscar una apertura de negociaciones.
El mes pasado, Joseph Yun, el representante especial del Departamento de Estado de EE.UU. sobre Corea del Norte, aseguró en un discurso en el Consejo de Relaciones Internacional que si Pyongyang permanecía sesenta días sin pruebas balísticas sería una señal positiva para el diálogo, algo que la realidad no ha confirmado.
El Departamento de Defensa aseguró en un comunicado que la prueba se realizó con un misil intercontinental (ICBM, en sus siglas en inglés), el tipo de artefactos con los que Corea del Norte podría atacar al territorio continental de EE.UU.
Una fuente del Pentágono dijo a CNN que el misil alcanzó una altura de 4.500 kilómetros en su trayectoria, superior al del último lanzamiento de un ICBM en julio, que llegó a los 3.700 kilómetros. Sin embargo, el comunicado aclaró que el lanzamiento en concreto «no supuso una amenaza para Norteamérica, nuestros territorios o nuestros aliados».