Las computadoras de Apple dejarán de estar basadas en procesadores Intel para basarse en «Apple Silicon», o lo que es lo mismo, procesadores de Apple basados en la arquitectura ARM. Las consecuencias de esa singular transición de Mac ARM son muchas, pero hay una ya confirmada oficialmente.
Se trata del soporte nativo de otros sistemas operativos para utilizar esos futuros Mac. En Apple han confirmado que no ofrecerán arranque directo con un sistema operativo alternativo. Esto hará que no podamos utilizarlos de forma nativa (y oficial) con Windows 10 o con Linux. Era una consecuencia previsible del cambio a sus propios chips. Pero nadie sabría qué alcance podría tener esa decisión en sistemas como Boot Camp, que hasta ahora han permitido que los usuarios de Apple pudieran utilizar cualquier Mac como un equipo Windows convencional.
Sistemas como el conocido rEFIt han permitido contar con sistemas multiboot con los que el usuario podía usar su equipo con Linux, Windows o macOS. Lo mismo ocurría si un usuario quería instalar Linux, con diversas distribuciones preparadas para poder ser utilizadas de forma nativa en los Mac basados en chips de Intel.
Puede no obstante que las empresas que desarrollan software de virtualización adapten sus aplicaciones en este sentido, pero aquí existe otra cuestión llamativa: tanto Windows 10 como Linux tienen versiones completas preparadas para correr en arquitecturas ARM, así que salvo que haya que adaptar ciertos componentes específicos de Apple, quizás alguien acabe descubriendo formas de poder seguir ejecutando dichas versiones de Windows 10 y Linux en estas máquinas de forma nativa.
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