Mountain View parece ser un terreno de pruebas para la conducción autónoma. Y es que, no sólo circula por las calles el coche autónomo desarrollado por Google. La compañía Húngara Almotive, ubicada en la zona, ha fabricado tres vehículos autónomos.
No obstante, sólo parecen compartir la carretera, ya que su sistema de conducción automática se diferencia bastante del resto. La mayoría de empresas dependen de un radar denominado “Lidar” capaz de percibir la profundidad y detenerse ante obstáculos. Se trata de un sistema muy eficaz, a la par que muy caro.
Almotive pretende conseguir el mismo efecto instalando cámaras en coches normales, y combinándolo con inteligencia artificial. El precio de fabricación se reduciría considerablemente comparado con el sistema usado hasta ahora, de unos 70.000 – 100.000 dólares a tan sólo 6.000 dólares.
Uno de los tres coches sin conductor, pioneros en este nuevo sistema, es un Toyota Prius. Tiene 4 cámaras de ojo de pez que rodean el vehículo, junto a un sistema de cámara dual que enfoca delante y detrás. En el maletero se encuentra el motor del sistema, un ordenador de alta potencia que une las imágenes enviando una recreación 3D del entorno.
Aquí entra en juego la inteligencia artificial, que se emplea para interpretar el entorno para que el sistema reaccione ante los obstáculos e imprevistos que lo rodea.
El único inconveniente es que, el coche está limitado a reaccionar ante lo que ve, al igual que los humanos. Por lo tanto, en situaciones con abundante nieve o niebla operaría peor.
Origen: Almotive convierte coches normales en vehículos autónomos económicos
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