Al igual que ocurrió con el iPhone del asesino de San Bernardino, el FBI no puede romper el cifrado del móvil del autor del tiroteo en Texas de hace unos días dejó decenas de víctimas mortales en una iglesia de Texas. Por ahora lo que se sabe es que el FBI es incapaz de romper el cifrado de su teléfono móvil, aunque no se ha facilitado marca, modelo ni sistema operativo. Podría ser otro iPhone o un Android, ya que se mantienen en secreto los detalles de este caso tan sensible y particular.
El smartphone del asesino de Texas podría contener información importante sobre el caso, como nombres de posibles colaboradores y otros datos que ayuden a esclarecer los motivos del tiroteo, aunque hasta que el FBI no logre desbloquearlo no se podrá profundizar más en esta línea de investigación.
Por suerte, la investigación desarrollada hasta ahora apunta a que no existe una trama organizada para atentar en territorio estadounidense, al menos no en relación a este último tiroteo. Más bien se trata de uno de los casos recurrentes que azotan al país nortamericano de forma casi constante año tras año.
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