«Tenemos una máquina de escribir, y no es electrónica.» Como declaración de intenciones suena casi hasta cómica, pero la ha dicho nada menos que Patrick Sensburg, jefe de la Agencia de Seguridad Nacional alemana. Los casos de espionaje digital de la NSA estadounidense están haciendo que las agencias de otros países vuelvan a métodos más tradicionales.
Ni siquiera son los primeros. Rusia ya adquirió 20 máquinas de escribir el año pasado precisamente con el mismo fin. De momento, los servicios secretos alemanes solo tienen una, pero Sensburg ha explicado que están consideran ampliar el número de estas venerables reliquias para redactar los informes más confidenciales offline.
via Alemania también recurre a máquinas de escribir para evitar ser espiada.