Allo viene competir tanto con WhatsApp como con Messenger, ambas propiedad de Facebook. Según Google, su “objetivo con esta nueva aplicación de mensajería es ayudar al usuario a hacer planes, encontrar información y expresar lo que siente de forma más sencilla y sin necesidad de interrumpir las conversaciones que esté manteniendo”. Además, en el futuro será posible hacer reservaciones de restaurantes, hoteles y billetes de avión o tren dentro de la misma app.
La gran novedad de Allo es que empleará toda la información que tiene Google sobre cada usuario, que no es poca, para predecir sus necesidades. Sin embargo, las primeras voces críticas han aparecido de inmediato. Allo no cumple una de las promesas que Google hizo antes de su lanzamiento. El gigante de internet aseguró que su app sería muy segura al no almacenar indefinidamente los chats y que incluiría por defecto encriptación de extremo a extremo.
Este tipo de protección emplea un protocolo muy restrictivo que impide que proveedores de telecomunicaciones, de Internet e incluso los dueños de la aplicación puedan acceder a los chats. Solo emisor y receptor de los mensajes podrán leerlos, por lo cual se considera una protección muy segura. Pero Google abandonó estos planes de encriptación para asegurar que Allo entendiera, aprendiera y respondiera lo mejor posible dentro de las conversaciones de sus usuarios.