Sonny es un bidé portátil. En esencia, es un cilindro con un pequeño depósito de agua y un motor que pulveriza esa agua con fuerza sobre la zona que queramos dejar limpiecita como un sol. Cada año, la humanidad se gasta 36 millones de rollos de papel higiénico, un bien de consumo en cuya fabricación se sacrifican anualmente alrededor de 15 millones de árboles y casi dos billones de litros de agua.

Cuando no usamos el bidé portátil, este cilindro de aluminio con un único botón reposa elegantemente sobre un soporte que le sirve de base de carga. Fuera de esta base, sus baterías duran tres semanas usándolo dos veces al día. Es más que suficiente para llevárnoslo de viaje y no preocuparnos nunca más por baños públicos sin papel higiénico.
Sonny tiene dos modos de presión. Su depósito de agua de 100 mililitros da para 45 segundos de chorro a baja presión o 25 segundos de chorro a alta presión. El dispositivo viene con dos depósitos de manera que podamos intercambiar el vacío rápidamente en caso necesario. Cada depósito se puede rellenar con agua del grifo sin problemas, y hasta podemos añadir algo de jabón líquido o sustancias más exóticas si ese es nuestro gusto, aunque la idea general es usarlo como artefacto de limpieza.
En cuanto al cabezal que expulsa el agua, está recubierto de una capa antibacteriana y se puede retirar para lavarlo.
El aparato no exime completamente de usar papel higiénico. Si queremos secarnos las posaderas todavía vamos a necesitar un poco de papel, pero siempre será mucho menos de lo que consumimos ahora.
Origen: Este dispositivo de bolsillo es el papel higiénico del futuro