El mensaje de error que aparece cuando un jugador intenta jugar Fortnite con una cuenta de la PS4 en la Switch o con una cuenta de la Switch en la PS4 no tiene precedentes en la historia de los videojuegos. La culpa, ojo, no es de Nintendo, que por cierto, no ha realizado comentarios al respecto. Tampoco de Epic Games, la productora de Fortnite, que ha preferido también no añadir leña al fuego. La culpa sigue siendo de Sony, que sigue cerrada a que jugadores de la Xbox One o de la Switch puedan acceder a un terreno online universal con juegos que estén disponibles para otras plataformas.
De hecho Fortnite plantea toda una revolución en el mundo de los videojuegos: es el mismo juego para todas las plataformas, y por primera vez es posible disfrutar de un crossplay casi completo. Los jugadores de dispositivos móviles iOS y Android, PCs y portátiles pueden competir contra los de la Xbox One y la Switch todos entre sí, o con los de la PS4 (pero no con los de la Xbox One y la Switch) todos entre sí.
En otras palabras: Sony «no se junta» con Microsoft o Nintendo. No es algo que sea una novedad. La empresa nipona ya se negó a abrir su red a la competencia directa. Bloqueó el crossplay tanto de Rocket League como de Minecraft, declinando formalmente la invitación de Microsoft, que siguió intentando negociar con ellas y llegó a anunciar hace dos años su plataforma Cross-Network Play precisamente para lograr que jugadores de la Xbox One y la PS4 pudieran competir en un terreno único.
Aquella idea, decían en Sony, era un riesgo para sus usuarios más jóvenes, signifique lo que signifique eso.
Origen: Sony es la antipática de la clase, vetar el crossplay de Fornite es la última decepción