Uno de los museos sonoros que tiene como objetivo conservar el sonido de dispositivos antiguos y analógicos es Conserve the Sound. Un proyecto que comenzó en 2013 y ha crecido y evolucionado hasta alcanzar una colección de sonidos considerable. Aunque los objetos son banales, escuchar los sonidos de una época pasada es extrañamente adictivo y un desencadenante de recuerdos y curiosidad: ¿era el sonido de mi grabadora VR así de enigmático?
Esta colección, en construcción permanente, en la que cualquiera puede participar enviando el tono que no desea olvidar, también ofrece entrevistas con diferentes expertos sobre la importancia de guardar estos sonidos. Bernhar Wilmer, director de teatro y uno de los entrevistados, declara: “creo que no deberíamos demonizar todas las cosas. Soy nostálgico de los sonidos más analógicos en el cine, pero no me opongo a la proyección digital. De ningún modo. Pero es verdad que estos sonidos son parte de nuestra historia y, si deseas contar la del cine, también”. Esto nos hace cuestionarnos el valor del sonido; porque, ¿cómo enseñarías a un niño nacido en la era digital, el sonido de un proyector antiguo si nadie lo ha grabado?
Museos sonoros para nostálgicos:
Los ruidos más arcaicos de la tecnología no quieren desaparecer y protegerlos es también el objetivo de Brendan Chilcutt responsable de otro de nuestros museos sonoros, The Museum of Endangered Sound. Este museo recopila una colección de sonidos en peligro de extinción con la intención de que puedan ser resucitados en nuevos dispositivos, en forma de notificaciones de mensajes, tonos de llamadas, etc. Y quién sabe para qué más…
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