Los smartphones Android son estupendos, pero no son inmunes a la ralentización del sistema, y eso puede socavar poco a poco la experiencia de usuario hasta que el teléfono comience a funcionar más lentamente. Después de cerrar tus aplicaciones abiertas en segundo plano y habilitar/deshabilitar funciones para intentar que tu teléfono recupere su velocidad, puede parecer que la única opción que te queda es restablecer tu teléfono a los valores predeterminados de fábrica, pero espera.

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Hay otro paso que deberías seguir antes de tomar medidas tan drásticas: borrar la caché de tus aplicaciones.
Borrar la caché de las aplicaciones, donde las aplicaciones almacenan archivos temporales y otros datos, puede ser tan efectivo como restablecer a los valores de fábrica a la hora de restaurar el rendimiento y la capacidad de respuesta del dispositivo. Aún mejor, el proceso mantiene intactos tus datos personales, la configuración y las aplicaciones que tengas instaladas (aunque se pueden perder algunos datos de aplicaciones, como la información de inicio de sesión o archivos de juegos guardados).
Es posible que algunos de los archivos que hay en la memoria caché puedan corromperse con el tiempo, causando todo tipo de problemas de rendimiento, como aplicaciones que se cargan lentamente o que se cierran de repente, que tienen lag o que se bloquean por completo y requieren que los reinicies por la fuerza. Si tu dispositivo muestra síntomas similares, borrar la caché de las aplicaciones es posible que ayude a que tu móvil vuelva a la normalidad.
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