Europa pidió a algunos gigantes de la transmisión como Netflix y YouTube que consideren limitar la calidad de sus transmisiones, para garantizar la estabilidad de Internet. Debido a la pandemia de coronavirus, el número de personas obligadas a quedarse en casa crece constantemente en Europa porque están en cuarentena o simplemente para cumplir con las directivas que, después de Italia, un número creciente de naciones están adoptando. Esto significa que en estos días y aún más en las próximas semanas, la estabilidad de la red se pondrá a prueba severamente debido a un número exponencialmente creciente de accesos.

Imagen por Andrey_Popov vía Shutterstock
No se trata solo de trabajadores que trabajan de manera inteligente, que pasan la jornada laboral conectados y a menudo realizan reuniones de transmisión. Sino también un número cada vez mayor de accesos a lecciones en línea, cursos de capacitación y, por supuesto, películas y series de televisión, así como juegos en línea. Un aumento en las actividades en línea que podrían hacer que la Web europea se vuelva loca. Con el riesgo de comprometer actividades importantes, que tienen que ver precisamente con el mundo laboral pero también con las actividades de atención médica. El atractivo de la UE también se ha extendido a los operadores, invitados a hacer todo lo que esté a su alcance para evitar tal peligro.
Se lee en el sitio web de la Comisión:
«Muchos países de Europa han introducido medidas de distancia social para combatir la pandemia de coronavirus. El resultado es que la demanda de recursos de Internet ha aumentado debido al teletrabajo, el aprendizaje electrónico o por motivos de entretenimiento. Esto podría ejercer presión sobre las redes en un momento en que necesitan estar operando al mejor nivel posible. Para evitar la congestión y garantizar una Internet abierta, el Comisario de Mercado Interior Thierry Breton ha pedido la responsabilidad de los servicios de transmisión, operadores y usuarios».
Un sentido común y un atractivo para compartir, pero que no puede evitar estimular una reflexión sobre el estado actual de la red y sobre los posibles riesgos para el principio de neutralidad de la red que establece el acceso igualitario a los recursos de infraestructura por parte de cualquier persona, tipo de protocolo o servicio. Por el momento, la UE no se refiere explícitamente a una exención de este principio, sino que pide limitar los servicios específicos, por los cuales los usuarios pagan regularmente, para favorecer a otros, es una medida que va en esa dirección.
Por supuesto, en un momento de crisis, el sacrificio también puede ser comprensible. Pero uno debe preguntarse por qué en las últimas décadas no se ha planeado ningún tipo de desarrollo de infraestructura, en lugar de permitir que la red se desarrolle de manera tumultuosa e irregular, siguiendo la simple demanda del mercado, en lugar de cualquier tipo de planificación a largo plazo.