En la Eindhoven University of Technology (TU/e) están trabajando en los sensores inalámbricos y baratos, con un tamaño de unos 2 milímetros cuadrados. En concreto, se trata de un sensor de temperatura completamente inalámbrico. Es decir, no necesita cables para transmitir la información pero tampoco para recibir energía eléctrica.
La clave está en que es capaz de recolectar la potencia que necesita directamente desde una señal WiFi inalámbrica situada a corta distancia. Por el momento solo funciona a unos pocos centímetros de la fuente de energía, pero sus creadores están convencidos de que pronto podrán lograr que trabaje a más de tres o cinco metros, suficiente para la mayoría de hogares. Lo mejor de todo es el precio, ya que cada sensor costaría alrededor de 20 céntimos de euro.
Origen: Este es el futuro de los sensores para el hogar inteligente: diminutos, inalámbricos y baratos