Alegría, tristeza, sorpresa, incredulidad, odio o venganza son emociones que el sujeto puede ocultar forzando expresiones del rostro pero que la tecnología ya sabe desenmascarar, insisten los expertos. Esto permite desentrañar automáticamente incógnitas como si un político es sincero cuando habla en público o si un anuncio publicitario realmente está calando en la gente.
Las grandes empresas tecnológicas han visto en esto todo un filón. A principios de año, se sabía del desembolso millonario de Apple por Emotient, una startup que utiliza inteligencia artificial para interpretar emociones mediante análisis de microexpresiones faciales.
Anteriormente, IMRSV era adquirida por la empresa de «software» de reconocimiento facial Kairos, con sede en EE.UU., mientras que la estadounidense Affectiva de analítica emocional lograba mantener su pujanza tras varias inyecciones presupuestarias millonarias.
También Microsoft está volcada en la investigación cognitiva de emociones con iniciativas tecnológicas como «Project Oxford», aún en fase de pruebas.
Origen: La tecnología que detecta las «mentiras» de los políticos