En el mundo de la tecnología, somos libres de elegir qué dispositivos queremos comprar y a qué medios decidimos suscribirnos. O eso creemos. En realidad, las grandes empresas tecnológicas están en plena guerra fría de contenidos para permanecer atados a sus plataformas. En vez de misiles nucleares y guerras subsidiarias, en la Guerra Fría Tecnológica los bandos combatientes utilizan a sus propios clientes para atizar al enemigo.
Amazon no vende el Apple TV, el dispositivo de entretenimiento de la compañía fundada por Steve Jobs porque quiere que compres el Fire TV, su propia versión. A su vez, Apple ha estado sin una aplicación para poder ver Amazon Video, la plataforma de video bajo demanda para clientes de Amazon Prime. Tras anunciar la llegada de la “app”, las compañías no se pusieron de acuerdo para el lanzamiento, retrasándolo hasta finales de diciembre, y cuando al final llegó fue un poco un desastre. La aplicación tiene una interfaz que no se adapta al dispositivo que tiene a los clientes de ambas empresas descontentos.
Pero las batallas entre Amazon y Apple no son nada comparadas con las que tienen lugar entre Amazon y Google. Amazon no quiere vender Chromecast, el dispositivo para enviar video a cualquier televisor de Google, para que sus clientes opten por su cacharro equivalente, el Fire TV Stick. A su vez, Google ha respondido eliminando la opción de que YouTube, su plataforma de video, funcione en el software para ver televisión de Amazon.
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