Tiene el tamaño de una tarjeta de crédito, está llena de circuitos y componentes y no cuenta con teclado, ni mouse, ni monitor. Pero es un éxito de ventas para la organización sin fines de lucro que la creó.
La británica Raspberry Pi se vende por US$25, cuenta con una legión de entusiastas y ahora tiene en la mira a América Latina.
La Pi -como se le conoce afectuosamente- es una computadora de una sola placa o tarjeta con un sistema operativo basado en Linux que puede cambiarse por otra distribución del software de código abierto.
Según Eben Upton, uno de sus fundadores y actual director ejecutivo de Raspberry Pi, «Hasta poco antes del lanzamiento pensábamos que venderíamos unas mil unidades; ese era el tamaño de nuestra ambición. Pero justo antes de lanzarla empezamos a sospechar que nos quedaríamos cortos y que habría más demanda de la que esperábamos».
El mayor problema para la organización era que no estaban preparados para una gran demanda, ni tenían la capacidad para fabricar decenas de miles de unidades en poco tiempo.
El equipo de la Pi sabe que hay gente en Latinoamérica experimentando con su computadora (un robot que sirve café en Venezuela, otro que lanza tuits automáticos en México, entre otros) pero creen que aún hay mucho camino por recorrer.
via El inesperado éxito de Raspberry Pi.
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