Los procesos de minería imponen un consumo energético enorme, y eso hace que los mineros busquen la forma de ahorrar en sus facturas de la luz. Hay países donde esos costes son muy reducidos, y en Estados Unidos la diversidad del mercado hace que algunas ciudades tengan un coste mucho menor a otras.

En Plattsburgh de hecho presumen de tener «la electricidad más barata del mundo» gracias a la presencia de una presa que permite que los residentes solo paguen 4,5 centavos por kWh. La media en Estados Unidos es de algo más de 10 centavos por kWh, pero es que además las empresas industriales en Plattsburgh —y eso incluye a las que se dedican a la minería de criptodivisas— paguen aún menos, tan solo 2 centavos por kWh.
Eso ha hecho que muchas empresas decidan afincarse en esta localidad y hacer crecer así su economía, pero la afluencia de mineros de bicoin ha hecho que la ciudad haya superado su cuota energética y haya tenido que comprar electricidad en el mercado libre a precios mucho más elevado. El resultado ha sido nefasto para los residentes, algunos de los cuales han tenido que pagar entre 100 y 200 dólares más de lo normal por su factura mensual.
En el estado de Nueva York ya se ha estimado que una tercera parte de las necesidades energéticas municipales ya proviene de esos procesos de minado.
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