El uso de drones para el transporte de muestras biológicas puede reducir los tiempos de atención médica y optimizar procesos de análisis, lo que podría salvar vidas. En Estados Unidos, un drone realiza un viaje de 250 kilómetros a través del desierto de Arizona en menor tiempo que otro medio de transporte, llevando muestras de sangre hasta un laboratorio. Tras tres horas de vuelo, la sangre llegó en buena condición.
Ir al médico y realizarse exámenes especializados puede ser de más difícil acceso para quienes viven en zonas remotas o alejadas de la ciudad. Por eso, el uso de drones para suplir medicinas o recoger muestras de sangre puede considerarse como una innovación en el servicio médico.
El transporte de sangre usando dispositivos no tripulados de control remoto no es nuevo. Zipline, en California, entre otras compañías, transporta sangre para transfusiones con un drone en Ruanda y lo harán muy pronto en Tanzania. La implementación en África ha sido oportuna, ya que allí es difícil transportarse por tierra, pues son trayectos muy largos.