Intel admitió fallas de seguridad en sus procesadores Core que desde 2015 en adelante han sido vulnerables a ciberataques vía remota. La empresa detectó hasta ocho vulnerabilidades en el firmware nativo de los chips Core de sexta, séptima y octava generación, así como en los Pentium, Celeron, Atom y diversos procesadores Xeon. Intel asegura que ya ha solucionado todas estos errores.
La empresa explicó a través de un comunicado que los fallos estaban en su capa de firmware Management Engine (ME), así como en las variantes Trusted Execution Engine (TXE) y Server Platform Services (SPS). Estos huecos de seguridad permitían a posibles atacantes remotos ejecutar un software malicioso, obtener acceso a información privilegiada y hasta suplantar el sistema de las computadoras.
En el peor de los casos, delincuentes informáticos hubieran podido cargar y ejecutar un código sin que fuera detectado por el sistema operativo de la computadora y mucho menos por el usuario. Asimismo, Intel ha publicado una herramienta para detectar si los sistemas operativos Linux o Windows fueron atacados. Hasta ahora, solo Dell, Lenovo y la propia Intel han reportado sistemas afectados por esta falla en los procesadores Intel Core.