El fraude en Internet (ya sea en pagos de correo electrónico, ventas de boletos de avión o transferencias bancarias) es uno de los fenómenos más acuciantes y menos halagüeños de nuestros tiempos. Y, de acuerdo a un informe reciente de Juniper Research, esta problemática supone ya pérdidas de 22.000 millones de dólares en 2018, con la previsión de que el fraude ascienda a más de 48.000 millones dentro de un lustro.
Según estos analistas, un factor crítico detrás de estas pérdidas será el alto y continuo nivel de violaciones de datos que resultará en el robo de información personal sensible a gran escala. Además, afirma la consultora, los estafadores están utilizando la información obtenida de estas violaciones para alejarse del robo de identidad puro, optando por utilizar fragmentos de datos reales para crear nuevas identidades sintéticas.
Con el aumento global en los esquemas de pago instantáneo a través de la Red, el estudio pronostica que la transferencia de dinero será particularmente vulnerable en los próximos años, ya que las pérdidas por fraude en este terreno aumentarán a una tasa del 20% anual, hasta rondar los 10.000 millones en 2023.
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